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martes, 19 de febrero de 2019

Juegos y Juguetes No Sexistas, No Violentos

Se acerca el 8M y nos gustaría compartir con vosotros, con las familias, algunas ideas que creemos de interés, al menos, para la reflexión.

Juegos y Juguetes No Sexistas, No Violentos

No hay juguetes de niños o niñas. Las niñas y los niños aprenden jugando.
 No hay juguetes de niños o de niñas, sólo etiquetas sociales que limitan la creatividad.
 Intenta elegir juguetes que reflejen la diversidad de cada persona: somos iguales, somos diferentes. Orientando en una buena elección de juguetes también estás educando.
Elige juguetes que reúnan a niñas y niños cooperando y compartiendo espacios, tanto públicos como domésticos.
Regala juguetes que ayuden a promover todas las capacidades y habilidades personales de niñas y niños, posibilitando tanto juegos tranquilos como los que requieran actividad física.
Busca juegos y juguetes que potencien la igualdad en la participación y el desarrollo de sentimientos y afectos, sin diferenciación, en niñas y niños.
Evita juguetes, juegos y videojuegos violentos. A veces la publicidad muestra imágenes y valores distintos de los que queremos enseñarles.
Es importante escuchar a las niñas y a los niños, no hay que ignorar sus peticiones, pero tampoco decirles sí a todo.
Busca libros, videojuegos y juguetes en los que se nombren y estén presenten niñas y niños.

 ¡¡¡Más juguetes no les hace más felices!!!

 Jugar y crear nos hace libre. Niñas y niños aprenden jugando, el juego les permite conocer el mundo en el que viven mientras experimentan, imaginan y observan. Jugar es una experiencia enriquecedora y divertida que favorece el aprendizaje cognitivo, relacional y emocional en la infancia. A través del juego se canalizan emociones, se gestionan conflictos, se procesan experiencias divertidas o traumáticas y se interiorizan normas no escritas que facilitan la socialización. El juego es por tanto una parte muy esencial en la construcción de las identidades y de las personalidades desde los primeros años de vida.
 El proceso de socialización diferencial perpetua roles y estereotipos de género que invisibilizan las diversidades y limitan la libertad de las criaturas a la hora de jugar, experimentar, crear o elegir su propio camino a seguir. Los mandatos de género siguen siendo hormas de las que es difícil escapar sin el rechazo, la incomprensión, la corrección o la crítica. Sólo tenemos que ojear la mayoría de catálogos de juguetes o analizar con mirada crítica la difusión masiva de anuncios dirigidos al público infantil para constatar que el mundo sigue siendo sexista, dicotómico y binario. Dicha publicidad transmite actitudes negativas que invitan al consumismo desmedido y que normalizan la violencia con un claro afán de vender. Las niñas son invitadas a jugar con juguetes relacionados con el trabajo doméstico y de cuidados, con el culto a la belleza y al aspecto físico normativo o con actividades artesanales sencillas. La aventura, la acción, la ciencia o el protagonismo heroico se reservan casi en exclusiva a los chicos. Aunque hay juguetes que invitan por igual a ambos sexos, existe un tratamiento diferenciado en colores, usos y funciones por lo que la imagen de neutralidad queda diluida por un sesgo de género que no deja lugar a dudas.